La música, sea del género que sea, tiene un efecto increíblemente poderoso en los seres vivos (y no solamente en los seres humanos, las plantas y los animales también son sensibles a este arte). De hecho, los vegetales pueden crecer más rápido o más lento dependiendo de la música a la que se los someta.
Cuando hablamos de los humanos, nuestros sentidos van cambiando a lo largo del tiempo y, de alguna forma, también crecemos con la música. Bailamos, sentimos emociones y socializamos en conciertos, en salas de baile o en discotecas. La música, por lo tanto y aunque no lo parezca, no tiene edad. De hecho, es muy beneficiosa sobre todo para las personas mayores.
De ahí que existan actividades de musicoterapia para adultos mayores; este tipo de ejercicios ayudan a recuperar el gusto por este arte tan apreciado y rememoran viejos recuerdos, quizá olvidados. ¡Es hora de mover el esqueleto con todos estos consejos, algunos de ellos para hacer en familia!
¿Qué es la musicoterapia?
La musicoterapia es el uso de la música para mejorar el estado de ánimo de una persona. Muchas canciones y ritmos concretos pueden utilizarse para aumentar los niveles de serotonina y ayudar a conseguir una perspectiva mucho más positiva del día o del momento que se está viviendo. Poco apoyada al principio, este tipo de terapia se ha ido afianzando con el paso de los años, además de por los testimonios de las personas también por la aprobación de profesionales, que comenzaron a ver verdaderos resultados.
La música también es un medio de comunicación, por lo que también puede ayudar a interactuar más en grupos e incluso a crearlos. De hecho, en algunos países de Europa esta práctica está completamente integrada en el sistema sanitario como una ayuda cuando se dan casos de ciertas enfermedades.
El uso de la música para mejorar el estado de ánimo se debe a que afecta al córtex auditivo, estimulándolo a aprender nuevas habilidades y recordar las olvidadas. Esta característica es especialmente importante en adultos mayores, ya que puede ser un impulsor para comenzar a realizar nuevas actividades o soltarse y socializar más, ganando confianza e independencia.
Se produce una estimulación tanto neurológica como cognitiva, además de una mejora de la coordinación corporal y del equilibrio. Y, por si fuese poco, no son ejercicios aburridos que se tienen que hacer por obligación o siguiendo unas normas estrictas, sino que todo es como un juego. De ahí su atractivo y todos sus beneficios.
Beneficios de la musicoterapia en personas mayores
Las actividades de musicoterapia para adultos mayores son una de las mejores formas reconocidas para cuidarse, divertirse y aprender. La mayoría de personas, en cuanto escuchan una canción que les gusta, se ponen a bailar o a marcar el ritmo. Y esto vale para todas las edades, dado que las personas mayores son las primeras que no quieren dejar de bailar.
Los beneficios de la musicoterapia son especialmente positivos y visibles en personas mayores, que pueden haber ‘olvidado’ lo que antes tanto les gustaba. De hecho, las enfermedades que afectan a la memoria son las que se ven más beneficiadas por la música. Se han observado casos de demencia y de Alzheimer que, de repente, recuerdan las letras de canciones que solían escuchar e incluso conservan la capacidad de tocar instrumentos.
Sin duda, la música tiene la capacidad de almacenarse en nuestra memoria. Muchas veces somos capaces de recordar las melodías de las series de dibujos animados que veíamos cuando éramos pequeños y, quizá, no ser capaces de describir lo que comimos el día anterior. Por eso una sesión de musicoterapia puede ser tan beneficiosa para una persona mayor, que puede verse capaz de recordar cosas que creía olvidadas. Cuando nos hacemos mayores tendemos a pensar que hay cosas que ya ‘no podemos hacer’ y caemos en una especie de apatía crónica. Pensamos que ya no podemos disfrutar de cosas que, cuando éramos jóvenes, sí podíamos.
La música también permite cambiar esa forma de pensamiento, ya que podemos expresarnos a través de la misma; tristeza, depresión, malestar… Todo ello puede exteriorizarse y expresarse. No solamente ayuda a ‘sacarlo todo’ de dentro, sino a hacerlo mucho más terrenal. Comprender las emociones es el primer paso para calmarlas e integrarlas.
¿Cómo organizar actividades de musicoterapia para mayores?
Hay que tener en cuenta que, como en toda expresión artística, cada persona tiene sus gustos y géneros preferidos, acordes a sus vivencias y recuerdos. Aun así, suele haber ciertos componentes comunes a toda actividad de musicoterapia. Son estos elementos los que se tienen que considerar a la hora de organizarla, recordando siempre que el ejercicio no es para nosotros, sino para nuestros mayores.
El tipo de música puede generar una respuesta emocional y psicofísica maravillosa en nuestros mayores y se deben tener en consideración estos aspectos a la hora de organizarlo todo:
- El tiempo. Ningún tiempo es mejor que otro en música, pero deberemos tenerlo siempre en mente a la hora de elegir qué tipo de ejercicio escoger. Un tiempo tranquilo creará una sensación de calma, tranquilidad y paz. Si, en cambio, nos vamos a un ritmo más rápido, habrá más alegría y dinamismo en la sala, aunque tampoco podemos pasarnos, pues puede derivar en un nerviosismo excesivo.
Si se quiere un equilibrio en la actividad, se pueden mezclar ambos tiempos: uno tranquilo para ejercicios más interiores y otro más vitalista en aquellos que requieran más movimiento.
- El ritmo. El tiempo es el que marca el nivel de calma o de energía, igual que el ritmo elegido. Este puede hacer el ejercicio más dinámico o más tranquilo, dependiendo de lo que se elija. Lo mejor del ritmo es que puede servir de guía en las actividades de musicoterapia para adultos mayores. Si suena un ritmo suave, puedes animar a que los mayores hagan palmas e intenten seguir el compás. También puedes realizar esta actividad bailando, con enormes beneficios físicos y psicológicos. Si las personas mayores se encuentran a ellas mismas bailando y cantando al compás, pueden recuperar la confianza para moverse y recordar.
- El volumen. El volumen al que se escucha la música es un factor muy importante alrededor de las personas mayores. Hay que tener en cuenta sus necesidades, pues un volumen muy alto puede ser ideal para aquellas que tengan dificultades para escuchar pero muy molesto para las que no. Recomendamos que, antes de empezar, se calibre el volumen preguntando a los propios participantes cuál es la intensidad en la que se sienten más cómodos.
- Los instrumentos. Los instrumentos forman la música en sí y cada uno de ellos aporta su toque y su intensidad a la melodía. De hecho, la misma canción con un instrumento u otro puede hacer que nos encante u odiarla. Como los gustos de cada persona son completamente personales e impredecibles, lo mejor es ir viendo qué gusta más en general a las personas mayores que realicen la actividad y jugar con los distintos instrumentos.
- La armonía. En música se diferencian acordes consonantes (no causan tensión) y disonantes (más tensos). En una sesión de musicoterapia para personas mayores, lo mejor es utilizar los primeros, ya que los disonantes suelen generar preocupación, desequilibrio o duda.
Actividades de musicoterapia para adultos mayores
Como hemos ido diciendo a lo largo de este post, la vejez también es diversión, movimiento y, por supuesto, música. La terapia con sonido puede ser la mejor ocasión para que nuestros mayores jueguen, socialicen y se activen, volviendo a recuperar las ganas de bailar y cantar. Si estás buscando actividades de musicoterapia para adultos mayores, te dejamos cinco propuestas que no te puedes perder:
- Meditación guiada. Puede que no sea la sugerencia esperada, pero la meditación guiada junto a una música tranquila es muy recomendable para explorar los sentimientos y emociones, además de potenciar la calma y la tranquilidad. La música sin letra es perfecta para este tipo de ejercicio, en el que el objetivo no es tanto el ejercicio o movimiento físico sino la relajación, la concentración y la respiración, siendo consciente del propio cuerpo.
- Música y pintura. Combinar estas dos formas de arte es una de las mejores opciones de musicoterapia con mayores. Es muy simple pero muy beneficiosa: consiste en pintar lo que la música sugiere. No tienen porqué ser imágenes concretas, pero si así nace de la persona, es completamente aceptable. Este ejercicio se puede hacer con la misma música de la meditación y experimentar cómo los mismos sonidos pueden afectar o crear emociones dependiendo de con qué la acompañemos.
En esta actividad también se recomienda utilizar música instrumental, como el jazz o la música clásica, para que las voces o la letra no condicionen el dibujo. Además, es bastante económica: bastan unos lápices de colores y unas hojas de papel para que los mayores exploren su mundo interior y se expresen.
- Crecer jugando. La música siempre ha estado ligada al juego y al movimiento. Desde todo tipo de bailes a juegos de niños, esta puede despertar viejos recuerdos y hacer que nos movamos sin que nos demos cuenta de que, al final, estamos haciendo ejercicio. Dependiendo del enfoque de la sesión de musicoterapia, podemos crear nuestros propios juegos o usar alguno que ya esté inventado, como la gallineta ciega. Si el objetivo es ejercitar la movilidad y la coordinación, lo mejor será escoger música con ritmos alegres y que den pie a crear una coreografía sencilla.
- Sus canciones. No hay momento más bonito que poner a las personas mayores una canción de su época y dejar que su mente rememore recuerdos de juventud, en los que pueden dejarse llevar y volver a bailar, igual que lo hacían antes. Podemos aprovechar estos momentos para hacerles preguntas sobre aquella época (si bailaban o no esta canción, si es su favorita o qué recuerdos tienen con ella) e incluso cantar la letra con ellos. Sin duda, esta última actividad es el que más ejercitará su memoria y su capacidad de reacción.
La música puede ser un instrumento maravilloso para hacer que nuestros mayores pierdan el miedo a moverse y vean que siguen siendo capaces de recordar letras y momentos que vivieron y que creían haber olvidado. Sin embargo, este tipo de actividades de musicoterapia para adultos mayores requieren de supervisión y de control, ya que sigue siendo una actividad física y, por lo tanto, deben estar bajo supervisión. Una mala caída o música muy fuerte pueden acabar en un problema.
Para evitarlo, además de crear la actividad adecuada al grupo de personas, puedes contar con el reloj de teleasistencia de Durcal, capaz de detectar caídas y comprobar las constantes vitales. En cuanto nota algún problema, se pone en contacto con la central de emergencias de Movistar Prosegur Alarmas y avisa a una ambulancia.
Así, la persona mayor puede seguir haciendo su vida tranquila de que, si pasa algo, tiene detrás a todo un equipo listo para ayudarla y a una familia consciente de que, si ocurre algo recibía un aviso al instante a través de nuestra app. Si quieres probar el reloj de forma gratuita o tienes alguna duda, puedes ponerte en contacto con nosotros.